Según el catecismo católico, sin confesión, arrepentimiento y propósito de la enmienda, las almas irán directamente a donde gobierna Don Sata y moran todos los bandidos confesos y ocultos que se cocinan en las pailas del Infierno. Mutatis mutandi, esta regla aplica también a los “honorables” legisladores de la Asamblea. De paso, desde la constitución …