Ximena (nombre protegido) tiene 32 años. Pasa las noches bajo un puente peatonal y recorre las calles del Centro Histórico de Quito. Dejó a sus dos hijos con el padre porque no podía mantenerlos. Desde entonces, su vida transcurre entre cartones, cobijas viejas y el consumo de base (droga).
La droga le quita el hambre, pero también la expone a mayor violencia. Ha sido golpeada y abusada en varias ocasiones. Hoy sigue en la calle, sin un horizonte claro.
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La cantidad de mujer habitantes de calle aumenta en Quito
En 2022, un diagnóstico distrital registró 793 habitantes de calle en Quito, de los cuales apenas 79 eran mujeres, es decir, el 10%.
Tres años después, las cifras cambiaron de manera drástica. Entre enero y julio de 2025 se atendieron 3 942 habitantes de calle, y dentro de ese grupo 1 170 fueron mujeres, lo que representa el 29,7%.
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El número pasó de 79 a 1 170 en tres años: un incremento de 1 091 mujeres más, equivalente a un aumento del 1 381%.
En otras palabras: en tres años, la cifra de mujeres en calle en Quito se multiplicó casi por 15 veces.
Maidivi: de la calle al regreso a casa
La experiencia de Ximenta no es única. En el norte de Quito, Maidivi Suárez Castillo, cubana de 53 años, vivió más de una década en las calles. Fue especialista en urgencias médicas y madre de cuatro hijos. Tras perder su empleo, cayó en la adicción y se refugió en un bosque de la Legarda.
Hoy, después de un año y medio de acompañamiento, Maidivi logró dejar las drogas y se prepara para regresar a Cuba, a reencontrarse con sus hijos. Su historia contrasta con la de Ximenta: mientras algunas mujeres logran salir, muchas otras permanecen atrapadas en la calle.
El perfil oculto de las mujeres en calle
Dani Bosques, técnico de abordaje en calle del Patronato San José, describe un perfil común: la mayoría tiene entre 30 y 60 años, son mujeres separadas y con hijos que quedaron al cuidado de familiares. Casi ninguna terminó el bachillerato y muchas provienen de otras provincias o países.
“En la salud predominan infecciones respiratorias, enfermedades de la piel, desnutrición, cirrosis y casos de transmisión sexual. Además, varias presentan depresión, ansiedad y consumo problemático de sustancias”, señala Bosques.
El acceso a la atención médica es limitado. Muchas interrumpen los tratamientos y no completan los procesos de salud pública. También enfrentan embarazos no planificados y complicaciones médicas sin seguimiento.
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Golpes y abusos en la vida diaria
La violencia atraviesa sus vidas. Los principales agresores son sus parejas o desconocidos. Los lugares más riesgosos son plazas, parques, terminales, quebradas y puentes, según el técnico.
Para subsistir, recurren a la mendicidad, la venta informal o el reciclaje. Los vínculos familiares suelen estar rotos, por lo que muchas encuentran ayuda en vecinos, grupos religiosos o en otras mujeres en su misma situación. “Se cuidan entre ellas, comparten comida, vigilan pertenencias y buscan dormir en grupo”, señala el especialista.
“Es una vida dura y peligrosa, pero también hay resiliencia y estrategias para sobrevivir”, resume el técnico.
Quito y el impacto de los recortes sociales
El sociólogo Alberto Feijoo señala que el aumento de habitantes de calle en Quito está vinculado con recortes en programas sociales y en cooperación internacional, lo que dejó sin opciones a muchas personas.
“Cuando los planes de ayuda se reducen, la población no desaparece: se hace más visible”, sostiene.
Sobre las mujeres, explica que son más vulnerables por una doble condición: desigualdad social y maternidad.
“En la calle, esa combinación las vuelve más expuestas a abusos, embarazos no planificados y a una prostitución sin condiciones mínimas de salubridad o protección”, añade.
Feijoo advierte que la falta de atención en salud mental agrava la situación.
Muchas mujeres presentan depresión y ansiedad, enfermedades que requieren tratamiento especializado.
“Cuando los programas se recortan, las mujeres en calle no solo quedan más expuestas: también se convierten en símbolo de un Estado y una sociedad que no atienden sus necesidades básicas”, concluye.
- Información extra: ¿Qué es un habitante de calle?