El cambio climático es una crisis de salud pública. En una Revista económica del 12 de agosto de 2025, Ken Silverstein informa acerca de la Conferencia Global sobre Clima y Salud, celebrada en Brasilia. Allí, líderes gubernamentales, investigadores y fundaciones globales impulsaron que la salud se convierta en un pilar central de la acción. La investigadora ecuatoriana Emilia Carrera, de la Fundación Rockefeller, dijo “Cuando observamos los desafíos del siglo XXI, el clima y el calor extremo se encuentran entre los mayores retos que vemos. Muchos de nuestros sistemas de salud pública hoy son reactivos, carecen de financiamiento y están fragmentados: fueron diseñados para un mundo con amenazas lineales y un clima estable“.
Los datos de esta Fundación muestran que en el mundo hay aproximadamente 489 000 muertes anuales por calor. Centroamérica es un ejemplo claro: los trabajadores agrícolas allí tienen una tasa de mortalidad 35% más alta por enfermedades relacionadas con el calor, porque se sobrecarga la capacidad del cuerpo para regular su propia temperatura y puede provocar colapso cardiovascular, insuficiencia renal, complicaciones durante el embarazo y la muerte, especialmente en lactantes, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas—y esto crea un ciclo de pobreza”, enfatizó Emilia Carrera.
Las condiciones de nuestra región tropical son similares a las de Centroamérica, pero nosotros no hemos hecho ningún estudio de la afectación de nuestros trabajadores agrícolas en las regiones de extremo calor. Tenemos las instituciones responsables de esta temática y sería bueno que contacten con la Fundación Rockefeller para hacer un estudio conjunto de nuestra realidad, con miras a la reunión sobre Clima y Salud que se efectuará en Belém, Brasil, tema que fue evocado en la visita que hizo el Presidente Noboa a este país la semana pasada.
En muchas familias, la pérdida de ingresos obliga a que los niños abandonen la escuela y trabajen en los mismos campos que enfermaron a sus padres. Varios países de la región están probando programas de protección contra el calor que ajustan horarios laborales y amplían el acceso a agua, descanso y sombra, destacó el periodista Silverstein.