Mejorar la ley de elecciones
Mis disculpas a la redacción y a los lectores, por insistir en el tema de elecciones. La Constitución de Montecristi y el Código de la democracia, lo que menos quieren es más democracia. Democracia es tener la capacidad de elegir propuestas mediante el voto, y para ejercer el voto se necesita tener dos condiciones básicas, “derechos civiles” vigentes, y la “capacidad de elegir”, si una persona está privada de libertad, es porque perdió sus “derechos civiles” y si va a votar lo hará en contra de quien lo metió en la cárcel; por otro lado, es un absurdo pensar que un analfabeto pueda votar, si no puede leer votará por lo que le diga su dirigente barrial, los votos de privados de libertad y analfabetos, no mejoran la democracia, solo le suman votos a la tendencia política de los promotores de esta constitución.
Las elecciones modernas son pacíficas en los recintos de votación, el riesgo de fraude son los apagones informáticos, y si los organismos internacionales como la OEA y la Unión Europea, si nos quieren ayudar, deben hacerlo al interior del proceso con veedurías informáticas, que nos garanticen elecciones justas y transparentes. Para evitar el fraude, las nuevas papeletas deben tener “cuatro casilleros”, dos para presidentes, y dos casilleros más, el uno para el “voto en blanco” y el otro para el “voto nulo”, la idea es evitar que los votos blancos se utilicen para marcar a un candidato, o que se anule el voto de un candidato, con una “doble marca”.
El CNE y Código de la Democracia, no fue hecho para tener más democracia, fue para atomizar la votación, en un lujoso centro comercial electoral con locales de alquiler, pagados con el dinero de los contribuyentes, así Pavel Muñoz con solo el 28% de la votación, gano la alcaldía de Quito. Si el CNE tiene sentido del honor, cumpla la ley, y nos ofrezca un pomposo funeral electoral, que lo paguen doce candidatos a la presidencia, con menos del 1% de la votación.
Juan Orus Guerra