Los microplásticos amenazan

Las noticias científicas nos alegran con los nuevos descubrimientos e inventos, pero también con preocupaciones planetarias. Las últimas se refieren a los microplásticos que han contaminado la tierra, el aire y el mar, y la vida de las plantas, animales y humanos

Contaminación global

Nada ni nadie está libre frente a esta amenaza silenciosa, cuya producción mundial ha aumentado más de 200 veces desde 1950. Según los especialistas, la fragmentación de objetos plásticos más grandes está presente en los ecosistemas marinos y terrestres, los alimentos que consumimos e inclusive en los órganos humanos. Las alertas están dadas, y no se trata de un riesgo futuro, sino de una crisis ambiental y sanitaria presente.

La contaminación global de microplásticos es real. Los científicos han comprobado su presencia en el hígado, los pulmones, el cerebro y la placenta humanos, ingresados a través de la alimentación, el aire y el agua, y sus partículas han sido detectadas en suelos agrícolas, aire, agua potable, ríos y océanos.

Investigaciones

Las evidencias de los impactos en humanos, plantas y animales son alarmantes. “Un estudio de The Lancet estima que una persona puede inhalar entre 78.000 y 211.000 partículas diarias, vinculadas con enfermedades respiratorias, trastornos endocrinos, infertilidad y mayor riesgo de patologías cardiovasculares y cáncer”.

“The Washington Post advierte que los microplásticos interfieren en la fotosíntesis de las plantas, reduciendo su eficiencia entre un 7 % y un 12 %. Esto amenaza la producción global de alimentos, agravando la inseguridad alimentaria”.

Emergencia ambiental

“La ONU y la comunidad científica coinciden en que los microplásticos constituyen una emergencia ambiental global. Su presencia masiva en ecosistemas y organismos vivos exige acciones urgentes y sostenidas, combinando políticas públicas, responsabilidad empresarial y cambios individuales. Si no se controla su expansión, sus efectos sobre la salud humana, la biodiversidad y la producción de alimentos podrían volverse irreversibles en las próximas décadas”.

Pero más allá de las declaraciones y diagnósticos está la negociación, a nivel internacional, de un tratado contra la contaminación por plástico. ¿Quién pone freno a la producción industrial de polímetros?

En Ecuador, la iniciativa Galápagos Guardians, impulsada por Ichthion, trabaja para evitar que los macro plásticos lleguen a los ecosistemas y se transformen en microplásticos. “La emergencia de los microplásticos es seria y silenciosa, y ya está afectando todos los aspectos de la vida en el planeta”, señala Inty Gronneberg, CEO de Ichthion, quien insta a unir esfuerzos políticos, empresariales y ciudadanos.

Ecología de los aprendizajes

Una política educativa pública sobre educación ambiental –que superen los acuerdos, instructivos y protocolos– es urgente.

Todos los centros educativos del Ecuador están obligados a trabajar con las respectivas comunidades -estudiantes, padres y docentes- en un proyecto integral para proteger la vida de humanos, plantas y animales. El caso de los microplásticos es grave, y se debe afrontar a través del currículo formal o escrito, y también mediante el currículo oculto o no escrito antes que sea tarde.

La consciencia ambiental transciende la escuela y debe aplicarse, de manera preferente, en los hogares, los sitios de reunión, las tiendas de barrio y los supermercados. Y en cuanto a lo de fondo, los Estados y las industrias que proveen de plástico en el mundo, deben ponerse de acuerdo, para proteger la vida del planeta.

En el ámbito escolar, la ecología de los aprendizajes es una opción porque facilita el aprendizaje a lo largo de la vida, al integrar actividades, recursos y relaciones que fomentan la búsqueda activa y la aplicación del conocimiento, mediante procesos y contextos que ofrecen oportunidades y recursos que proporcionan un marco de análisis para entender cómo aprendemos y qué elementos utilizamos, al destacar la importancia de los entornos socio-ambientales en la formación de estas ecologías.